


Categoría: Memorias y almacenamiento
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Durante mucho, mucho tiempo todo el almacenamiento masivo de datos era magnético. Pero entonces llegaron las memorias flash.
La historia de la invención de la memoria flash comenzó cuando el gerente de una fábrica de Toshiba llamado Fujio Masuoka decidió que reinventaría la memoria de semiconductores. Llegaremos a eso en un minuto. Primero, conviene un poco de historia.
Antes de que apareciera la memoria flash, la única forma de almacenar grandes cantidades de datos era usar cintas, disquetes, y discos duros magnéticos. Muchas empresas intentaban crear alternativas de estado sólido, pero las opciones, como las EPROM (o memoria de sólo lectura programable y borrable, que requería luz ultravioleta para borrar los datos) y las EEPROM (la E adicional significa "eléctricamente", no necesitando UV) no podían almacenar grandes cantidades de datos de forma económica.
Masuoka-san entra a trabajar en Toshiba. En 1980, reclutó a cuatro ingenieros para un proyecto semisecreto destinado a diseñar un chip de memoria que pudiera almacenar gran cantidad de datos y además fuera asequible. Su estrategia fue simple. “Sabíamos que el costo del chip seguiría bajando mientras los transistores se redujeran de tamaño”, dice Masuoka, ahora director de tecnología de Unisantis Electronics, en Tokio.
El equipo de Masuoka ideó una variación de EEPROM que tenía celdas de memoria de un único transistor, cuando hasta ese momento, las EEPROM convencionales necesitaban dos transistores por celda. Fue una diferencia aparentemente pequeña pero que tuvo un gran impacto en el coste.
En busca de un nombre atractivo, optaron por "flash" debido a la capacidad de borrado ultrarrápido del chip. Ahora bien, si está pensando que Toshiba lanzó rápidamente el invento a producción para observar cómo el dinero les caería como una cascada, es que no sabe mucho sobre cómo las grandes corporaciones suelen explotar las innovaciones internas. Al final resultó que, los jefes de Masuoka en Toshiba le dijeron que, bueno, que se olvidara de aquella idea.
Por supuesto, él no lo hizo. En 1984 presentó un artículo sobre el diseño de su memoria en el IEEE International Electron Devices Meeting, en San Francisco. Intel Corporation vio entonces el enorme potencial de la invención y lanzó en 1988 el primer chip flash comercial, basado en puertas NOR (de tiempos largos de escritura y borrado), un chip de 256 kilobits que fue usado en vehículos, ordenadores y otros artículos destinados al gran público, creando un bonito nuevo negocio para Intel.
El éxito de Intel finalmente llevó a Toshiba a dar luz verde al invento de Masuoka. Su chip flash se basaba en la tecnología NAND, que ofrecía mayores densidades de almacenamiento, pero resultó más complicado de fabricar. El éxito llegó en 1989, cuando el primer flash NAND de Toshiba llegó al mercado. Y tal como había predicho Masuoka, los precios siguieron cayendo. El primer medio extraíble basado en memoria flash de puertas NAND (con diez veces la resistencia de las flash de puertas NOR) fue SmartMedia, comercializada en 1995.
La fotografía digital dio un gran impulso a la memoria flash desde finales de la década de 1990, y Toshiba se convirtió en uno de los mayores actores en un mercado multimillonario. Sin embargo, al mismo tiempo, la relación de Masuoka con otros ejecutivos se agrió y abandonó Toshiba. (Más tarde les demandó por una parte de las grandes ganancias y ganó un pago en efectivo).
Hoy en día, las memorias flash de puertas NAND son una pieza clave de todos los dispositivos, smartphones, cámaras, reproductores de música y, por supuesto, los pendrives USB, y los discos de estado sólido (SSD) ya han comenzando a reemplazar incluso a los discos duros mecánicos como medio de almacenamiento preferido en ordenadores portátiles y de sobremesa.
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